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Alexandra Wood, sastre de Savile Row, quiere ser la primera mujer en vestir a James Bond, y suele salirse con la suya.

Hilando fino

En un sótano bajo la cafetería The Service, en la famosa Savile Row de Londres, me encuentro frente a una sastre alta e imponente en una silla no menos alta e imponente y con todo el aspecto de una villana de película de James Bond.

Se trata de Alexandra Wood, quien trabaja sin parar, rodeada de espejos de cuerpo entero y libros de muestras de tejidos de lujo, y pronto se hace evidente que no estamos ante un sastre al uso: "Quiero ser la primera chica Bond en aparecer en la película y vestir a 007", afirma con decisión. Y no le puede faltar esa determinación cuando dedica su vida a enseñar cómo vestir a los "hombres poderosos".

A sus 41 años, Wood abandera una revolución que invade las calles con sus trajes y eleva la sastrería a un nuevo nivel, ofreciendo un muestrario completo de un repertorio y estilo de vida que resultan irresistibles. “Creo ser la rebelde de Savile Row. Cuando busco un cambio de imagen, persigo un resultado divertido y mis clientes se enamoran de la forma en que afronto esta tarea. Siempre animo a llevar las mejores galas y a vestir como uno se merece que le vean, pero dejando atrás etiquetas anticuadas y aires estirados.

"Me crié en un ambiente muy de clase media. Mis abuelos eran ricos y vivían en Jermyn Street, en un barrio de moda de Londres, con todo tipo de relaciones jerárquicas. Siempre me sentí muy incómoda con ello porque en un ambiente así nadie saca lo mejor de los demás. Esas experiencias me moldearon a mí y a la forma en que creo que debe abordarse el lujo. Hay que ser respetuoso y profesional, pero eso no significa que no puedas divertirte. No miro a nadie de arriba a abajo y le increpo: 'Hmmm, ¿qué llevas puesto? ¡Cómo te atreves a entrar en mi establecimiento!'".

La ‘revisión de estilo de vida’ se encuentra en el top de los servicios de Wood y conlleva un minucioso interrogatorio que enorgullecería al propio Ml6. "No es bueno que me deje llevar por mi ego", afirma. "Tengo que entender a qué dedica su tiempo mi cliente y cuáles son sus objetivos sobre cómo quiere ser percibido. Mi mente piensa en imágenes, así que el aspecto final responde a un repertorio que he ido confeccionando en mi cabeza. Mientras que las mujeres tienden a ser bastante buenas combinando todo, muchos hombres no saben cómo sacarse partido, y ahí es donde entro yo. Hay sastres que te hacen lo que quieras, y eso me pone la piel de gallina porque no te sentirás transformado en lo más mínimo, cuando lo interesante precisamente es eso".

El amor de Wood por la moda masculina afloró en su juventud y de la forma más inocente: vistiendo a su padre. "De niña, mi padre me llevaba de compras por temporadas: 'Toma algo de dinero y compra algunas prendas'. Este era un momento de comunión, donde también empecé a diseñar para hombres. A partir de entonces, me obsesioné con la moda.

"Mi padre me recriminaba: '¡No todo es un desfile de moda, a la escuela que vas!', y yo me resistía: '¿Cómo que no?’ ¡Ay, cariño! La vida entera es un desfile de moda. Se llama Adrian, y con sus 75 años se pavonea por Candem Town vestido por mí. Es más cool que yo".

Wood pasó de sastre a medida con 21 años a profesional independiente con 25, sin tener idea de cómo dirigir un negocio.

"Siempre me he dejado llevar por la pura emoción, así que me pongo a diseñar y me olvido de todo", asegura. "Un amigo se ríe de que simplemente voy a sentimiento. Primero me pongo a ello y luego resuelvo lo demás. Si analizo demasiado, ahí es donde muere la magia".

"Así que pagué una página web y le dije a mi madre: 'Me voy de vacaciones, ¿puedes contestar al teléfono si llama alguien? Llamó un abogado que quería un traje. Sigue siendo mi cliente 15 años después. Luego, Chuka Umunna (exdiputado y actual asesor de JP Morgan Chase) se convirtió en mi cliente y entró en la lista de los mejores vestidos de GQ. De repente, estaba en todas partes y todo el mundo quería saber dónde conseguía sus trajes. Fue bastante épico".

Wood, que describe su estilo como un clásico atemporal con algunos toques, no se anda con rodeos: "Las tendencias son basura y hay que olvidarlas. Siempre debes ser tu propia tendencia. Imagínate que se ponen de moda los trajes rosas y acaban todos por ahí como langostas gigantes. Se trata de sintonizar con lo que te queda bien. No sigo la moda porque creo que es irrelevante".

Wood asegura notar un cambio pospandémico hacia una actitud más laxa. Pero la elegancia casual "asusta a los hombres", por lo que se ha puesto a ayudarles a elegir trabajos donde el código de vestimenta es más relajado, aunque sin perjudicar al aspecto general del traje. "Lo único que todo hombre debería tener en su armario es un traje azul de dos piezas, aunque con tantos miles de tonos diferentes, hay que elegir el azul adecuado y mantenerlo con discreción. Más allá de eso, un corte bonito, un tejido lujoso, fresco e interesante y detalles finos: cambios sencillos que hagan que la gente se fije en estas sutilezas".

En cuanto a los viajes, Wood asesora regularmente a sus clientes sobre qué meter en la maleta para un viaje en jet privado. "Hay tejidos que les ayudo a elegir para facilitar el viaje, como una lana de malla que puedes meter literalmente en la maleta sin perder su apresto", aconseja. "Está bien llevar un traje en los viajes cortos, pero en los largos lo aconsejable es estar cómodo y tener algo elegante a mano por si hay que cambiarse para ir a una reunión. Lo ideal es tener algo práctico y el lujo no siempre es apropiado, así que hay que elegir bien, sin renunciar a unos buenos zapatos".

Saltándose el secreto de confidencialidad sobre sus clientes, Wood lamenta que Idris Elba, a quien le gustaría ver como próximo Bond y uno de los tres hombres a quien desearía poder vestir, aún no es cliente suyo. ¿Y quiénes son los otros dos?

"Jeff Goldblum, porque creo que es imponente", confirma. "Pero no el de La Mosca, con su gran melena y sus horribles trajes: ahora ha encontrado su look y muestra un aspecto estupendo. A sus 69 años nunca ha tenido mejor pinta, y eso es exactamente lo que intento hacer aquí. Se ha convertido en el maestro de llevar ropas contrastadas sin parecer artificioso".

Y, por último, ¿por qué limitarse a Bond? Dentro de la franquicia, Wood también quiere vestir a M. "Me encantaría vestir a Ralph Fiennes, porque es el clásico caballero británico, pero con una pizca de excentricidad. Le pondría algo verde con una camisa abierta para modernizarlo un poco". Pero más allá de Kingsman, Wood es la verdadera reina de Savile Row.

Picture credit: Matthew McQuillan

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